Al ser más redituable, pescadores de Altamira han dejado las redes y prefieren trabajar como jornaleros en diferentes siembras y cosechas.

Los más afectados son los comerciantes de pescados y mariscos, ya que la captura en el sistema lagunario de Champayán disminuye y deben comprar el producto en otras localidades a un precio mucho más elevado.

“Los pescadores ya no tienen el ánimo de hacerlo, se meten a los cultivos, a la calabaza, el pepino, se van a la agricultura que hay en el río Tamesí”, declaró el ex presidente de los comerciantes de Pescados y Mariscos del Tamesí, Alberto Marín Flores.

Dijo que con las altas temperaturas ha mejorado la presencia de algunas especies en la laguna de Champayán.

A pesar de que la agricultura es más rentable que la pesca, las condiciones laborales no son las más idóneas.

Asociaciones civiles, han denunciado que en medio de condiciones desfavorables y sin seguridad social, es como trabajan más de 300 personas en las cosechas de diferentes cultivos de Altamira.

Refieren que los propietarios de ranchos deben garantizar la seguridad de los jornaleros y evitar tragedias como la ocurrida el 30 de diciembre del 2022, donde cuatro trabajadores del campo murieron en un accidente.

De acuerdo a lo señalado por familiares, los jornaleros accidentados se dirigían a uno de los ranchos con peor paga de la región, a 1.60 por cada kilo de chile.

El salario de un jornalero es por día o carga, por día la cantidad es entre los 200 y 300 pesos, mientras que por kilo, los jornaleros tienen la oportunidad de ganar una cifra mayor.

Asimismo, también hay niños de seis años que ya saben pizcar y llegan con los padres a los ranchos de la localidad.

Han recomendado el uso de los caminos vecinales para transportar a los trabajadores del campo y no la carretera, ya que los camiones de carga se han convertido en un factor de riesgo.

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